Chloe nació un 19, como su mamá Carol, en septiembre, a una hora capicúa, las 01:10.
Para Carol, ella es el ángel que vino a salvarla, lo más maravilloso y valioso que tiene.
No se cansa de mirarla, de sentir cada momento que vive con ella. Cada día está lleno de ilusión gracias a esta pequeña. Es un soplo de aire fresco en su vida. Le ha devuelto una gran ilusión que había perdido y es que, Chloe, es el sol que alumbra sus días. No se cansa de mirarla porque no sólo mira con los ojos, sino con el corazón. El amor más verdadero que podemos encontrar, el de una madre y su bebé.
Se tienen la una a la otra, y no hace falta más, porque Carol es una mujer fuerte que no dejará que Chloe camine jamás sola. Se tienen la una a la otra.
Las sesiones son más fáciles cuando los bebés están durmiendo, pero en este caso, vino de maravilla que apenas quisiera dormir. Chloe cautivó mi cámara con esos ojazos azules que parece que te miran fijamente.
Y en esta pequeña sesión no podía faltar Lola, una belleza perruna que, al igual que Carol, ha estado embarazada, pero ella psicológicamente. No se separa de su muñeco al que cuida como su bebé y, por supuesto, no se separa de Chloe, a quien cuida y le regala todo su cariño.
Encantadisima de haberte conocido y que hayas entrado a nuestras vidas…porque esto solo es el principio de muchas mas fotos….de muchas mas palabras….gracias goretty por tu profesionalidad y hacernos sentir tan comodas y plasmar los pequeños detalles del alma!